Imponen nombre de Ernesto Rangel a sala de juntas de la Cuenca del Pacífico

Lunes, 27 de Octubre de 2025
“Si algo me llevo de esta etapa, es la certeza de que la universidad sólo tiene sentido cuando se convierte en un espacio de encuentro: entre generaciones, entre ideas, entre quienes sueñan con un futuro mejor”, dijo el homenajeado.

Esta semana, en la Sala de juntas del Centro Universitario de Investigaciones y Estudios sobre la Cuenca del Pacífico (CUEICP-CEAPEC), el rector de la Universidad de Colima, Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño develó una placa que lleva inscrito el nombre de José Ernesto Rangel Delgado, quien a lo largo de su vida académica contribuyó no sólo a la formación de estudiantes y a la investigación sobre las economías de la Cuenca del Pacifico, sino también al trabajo administrativo.

Esta placa, dijo Ángel Licona Michel, director del CUEICP-CEAPEC, es una forma de reconocer la trayectoria académica y de gestión universitaria de Rangel Delgado, en la que ocupó cargos, como director de la Facultad de Economía, coordinador del Doctorado en Relaciones Transpacíficas, director del Centro Universitario de Estudios e Investigaciones de la Cuenca del Pacífico, Centro de Estudios APEC y secretario técnico del Consorcio Mexicano de Centros de Estudios.

Impartió clases en las facultades de Economía y de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Colima, en la UNAM y la Universidad Autónoma de Baja California Sur. En el extranjero dio clases en la Universidad Hankook de Corea del Sur, la Universidad de Texas A&M, en EE. UU, y en la Universidad de Utsunomiya (Japón).

Su producción académica incluye más de 100 ponencias en congresos nacionales e internacionales. Es autor y coautor de 40 artículos de investigación, 15 libros y 32 capítulos de libros en temas de relaciones económicas e internacionales en la Cuenca del Pacifico, sobre todo en el ámbito de la formación de recursos humanos, economía de la educación, empleo, educación y migración laboral en Asia pacifico.

Esta placa, finalizó Licona, simboliza una historia compartida, un conjunto de esfuerzos, aprendizajes y sueños colectivos. Desde su ingreso a la UdeC, encaminó sus esfuerzos a la docencia, la investigación y la administración “y esta sala de juntas ha sido testigo de estos tres caminos que, aunque distintos, siempre se entrelazan”.

La primera, la docencia, le permitió mantener viva la curiosidad, mientras que la segunda le recordaba que “el conocimiento sólo cobra sentido cuando se comparte”. Por último, la administración le enseñó a tener el pulso firme en favor de la institución.

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