Texto por: Tita Ochoa Rivera Museóloga y Curadora de arte
Además de haber sido creada como una denuncia por los asesinatos de mujeres en la frontera norte de nuestro país y un homenaje a las víctimas, la instalación Mujeres sin cara de Ciudad Juárez es un tratado de estética en torno a la muerte. Para lograrlo, su autor se concentró en las formas de la calavera y el cráneo, se fijo límites en el espectro cromático y se dedicó a la composición de un mural integrado por 300 obras de pequeño formato.
A manera de mosaicos, cada uno de estos cuadros ilustra la alegoría de la muerte en tonos diversos, con distintos materiales y desde diferentes ángulos. Esta diversidad igualmente alude a las múltiples formas en que enfrentamos este aspecto final de la vida: con la angustia de ser devorado por insectos, con el ánimo de perpetuarse con cierto brillo, con la esperanza de ser ataviado de flores o, como en la premisa de esta producción plástica, con el horror de un crimen a sangre fría.
Completa esta creación una serie de cráneos en escultura que destaca por la belleza encontrada en el horror de la desgracia. Elementos como cristales, sogas, alambres, pintura y polvo en brillo son añadidos a las obras para recrear a la muerte ya sea como un regalo, servida para comer, pisoteada por una gran bota, envuelta en flores e incluso encadenada.
La pieza de Fernando del Paso es también un paradigma de su espíritu multicreador: el escritor, publicista, pintor, poeta y dibujante puso de manifiesto -en Las mujeres sin cara de Ciudad Juárez- su capacidad camaleónica de transformarse y adaptarse según lo iba requiriendo cada uno de sus proyectos.
Sin embargo, el primer impulso que dio origen a esta composición fue manifestarse ante situaciones como la que dio triste celebridad a la ciudad juarense y que, a lo largo de estos últimos quince años, se han agudizado y expandido a lo largo de todo el país, sin que haya justicia suficiente para detener este horror de la violencia que sufren las mujeres de México y el mundo, como bien lo denunciaba Del Paso.
“Ciudad Juárez es nada más un síntoma, como esos lunares negros que salen en la piel, un cáncer, y que a veces cuando se manifiestan es porque ya hay metástasis en otras partes del organismo. Lo hemos visto en la Ciudad de México y en otros lugares donde está ocurriendo este fenómeno absolutamente intolerable, por lo que esta pieza es un homenaje a esas mujeres y una denuncia contra todos esos crímenes donde ocurran y vengan a ocurrir”.
Este mes de noviembre se cumplen dos años del fallecimiento del maestro Fernando del Paso, pero creaciones suyas como Las mujeres sin cara de Ciudad Juárez permanecen para recordarnos el horror de la violencia en la muerte, un aspecto poco aludido en la cultura mexicana que gusta más de reír y festejar con ella.
*** Las mujeres sin cara de Ciudad Juárez forma parte del acervo del Museo Universitario Fernando del Paso.