COLUMNA: El estilo entre líneas. Por: Antonio Carranza

Jueves, 21 de Enero de 2021
Cuando comencé a dedicarme a dibujar pasé momentos incómodos donde me preguntaban cuál era mi estilo o si podía dibujar tal cosa, pero a mi estilo.

 

Cuando comencé a dedicarme a dibujar pasé momentos incómodos donde me preguntaban cuál era mi estilo o si podía dibujar tal cosa, pero a mi estilo. La verdad no tenía la menor idea de cuál era mi estilo, lo único que sabía es que dibujaba haciendo líneas y comencé a analizar diferentes tipos de dibujos que me gustaban y a observar sus líneas para ver si me podía ubicar en algún estilo.

Analicé el dibujo de David Hockey con sus líneas suaves, continuas y poco marcadas, las líneas seguras pero vibrantes de Egon Schiele, la acumulación de líneas caóticas de Giacometti y las líneas limpias y de un solo trazo de Modigliani; me di cuenta de que ninguno de estos era mi estilo.

Mejor analicé algo más académico (tal vez por dedicarme a la docencia ese sea mi estilo). Observo el dibujo de Leonardo da Vinci, con sus líneas estrechas y ensanchadas en función de la importancia de los volúmenes, pero tampoco mi línea corresponde a ese estilo.

Analizo cómo es mi línea, y claro, por mi formación como arquitecto mi línea es recta, limpia y exacta, en otras palabras, es una línea aburrida. Está bien elaborada o bien hechecita, pero eso no le quita lo aburrida.

Entonces, llevo años tratando de quitarle lo aburrido a mi línea. En un tiempo, representando cosas como prendas de vestir o figuras humanas, lo que me llevó a obtener una buena técnica, pero de nuevo, dibujos bien elaborados o bien hechecitos.

Comencé a utilizar diferentes materiales para crear líneas, como hilos y alfileres, después destruyendo algunas de mis prendas de vestir con la intención de crear paisajes propios.

Decidí realizar algunas pruebas para quitarle lo aburrido a mi línea, poniendo en duda su existencia en el mundo bidimensional y articulando algunas fórmulas para comprobarlo, experimentando con el grafito, pero ya no tanto para representar cosas, más bien para crear líneas diferentes, líneas sólidas, con texturas, espumosas y que algunas veces sirvieron como estructura para cargar dibujos.

Después jugué con la electricidad, creando líneas que arden y dibujos con grafito que tienen colores, sonidos y olores propios.

Hoy en día continúo la experimentación de mi línea con ayuda de la programación, la electrónica y la impresión 3d, comenzando a visualizar posibles resultados.

Por las noches, mi línea vuelve a su estado original: recta, limpia, exacta y aburrida. Descansa un poco en espera del siguiente experimento con la intención de buscar un estilo, y con la finalidad de nunca encontrarlo.

-Antonio Carranza. Enero 2021