Hilary Villegas - Septiembre del 2020
El Patrimonio Cultural, según la UNESCO, es un “producto y un proceso que suministra a las sociedades un caudal de recursos que se heredan del pasado, se crean en el presente y se transmiten a las generaciones futuras”. Si es tan importante para una cultura ¿por qué mujeres y colectivas feministas atentan contra él?
Desde pequeños se nos ha inculcado el respeto casi divino por figuras, símbolos y monumentos nacionales que representan nuestra patria. Por ende, solemos pensar en estos elementos como algo que debe permanecer intocable y digno, ignorando u olvidando que fueron pensados por ciertos grupos para fines ideológicos, gubernamentales y conmemorativos específicos y que, por ello, según la UNESCO, están sujetos a procesos que cambian la perspectiva desde dónde los vemos y percibimos como sociedad. Los bienes patrimoniales no permanecen estáticos en la conciencia colectiva a lo largo de la historia, ejemplo de esto sucedió en Chiapas en 1992 con la estatua del conquistador español Diego de Mazariegos que fue derribada por agrupaciones campesinas indígenas al considerarlo un monumento al saqueo, explotación y racismo de la colonia.
El 16 de agosto del 2019, el Ángel de la Independencia sufrió un destino similar en manos de manifestantes feministas y, de ahí en adelante, las pintas se han vuelto el sello de una lucha que, a falta de respuestas, se ha tornado radical. En días pasados este tema volvió a ser noticia nacional ante la publicación de fotos de monumentos del estado de Hidalgo intervenidos digitalmente con consignas feministas como protesta por temas que siguen sin ser escuchados: desapariciones forzadas, abusos sexuales y feminicidios; al igual que por la toma de las oficinas de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por madres de familia buscando justicia para sus hijxs, respaldadas por colectivas feministas que pintaron el inmueble con sus demandas, tiraron el mobiliario por la ventana evidenciando la opulencia insultante del lugar e intervinieron una serie de retratos de personajes históricos nacionales que buscan subastar para recaudar más fondos para la causa.
El Colectivo Restauradoras con Glitter, conformado por gran parte del gremio de mujeres restauradoras de México, abogan por la permanencia de las pintas hasta que el Estado y sociedad intervengan para brindar seguridad y resolución a las demandas que hace el movimiento feminista, argumentando que no están a favor de los daños a monumentos, pero que son totalmente válidos ante un México indiferente. Estos actos contra el patrimonio nacional buscan ser transgresores, pero no por ello son vandálicos o criminales, sino que son el medio por el cual las mujeres buscan ser escuchadas.
Al vivir en un estado como Colima con uno de los índices más altos de violencia en el país, con 57 feminicidios y 73 mujeres y niñas desaparecidas en lo que va del año (según datos de la fiscalía), no debemos de olvidar que ni los monumentos consagrados ni los mal planeados valen o importan más que las centenas de mujeres desaparecidas y asesinadas. A fin de cuentas, el Patrimonio Cultural sirve para dar voz y memoria… y ésta no es la excepción.
INTERVENCIÓN DE MONUMENTOS EN COLIMA. Fuente: Maternidades Libres. En: https://www.facebook.com/Maternidadeslibresmx/posts/161393142253360
TOMA DE LA CNDH. Fuente: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10223192416176796&id=1174807803
INTERVENCIÓN DE MONUMENTOS EN HIDALGO. Fuente: Aquelarre Cihuacóatl - Colectiva Feminista Hidalgo https://www.facebook.com/Aquelarre-Cihuac%C3%B3atl-Colectiva-Feminista-Hidago-131104445114242/