Por: Patricia Montiel: Maestra en Artes por la Universidad de Guanajuato con mención de tesis laureada (2016- 2018) y Licenciada en Artes Visuales por el Instituto Universitario de Bellas Artes de la Universidad de Colima (2008-2013).
La imagen de una niña en una pieza de artes visuales, sin duda, encierra múltiples significados que tienen que ver con esa etapa tan breve de la vida. Comúnmente se dice que la infancia termina a los doce años aproximadamente; además, la niñez femenina, como es bien sabido tiene un límite claramente determinado: la menarquía. Ese hito biológico ha sido considerado el final de una etapa para comenzar otra. Son escasos los trabajos que retoman la niñez femenina, por lo que conviene adentrarse en otras artes para hallar más referencias al tema.
La literatura usualmente ha compartido con las artes visuales, muchos de los temas, estilos y vanguardias, especialmente en el siglo XX. Por ello es pertinente hacer mención de una pieza que pertenece al campo de las letras: Antes (1989) de Carmen Boullosa; la cual fue premiada con el Premio Xavier Villaurrutia en 1989; obra que se vincula con las narrativas sobre la niñez femenina.
Dicha novela, narra en primera persona la infancia de una niña, donde se despliegan ante el lector elementos simbólicos ricos en significados, especialmente respecto a los lindes y el final de esta etapa, por ejemplo, cito: “Yo dormía, o, mejor dicho, ella, su hija, dormía para siempre, con su pantalón de franela empapado en sangre, las sábanas manchadas y los ojos cerrados, y en la cara una expresión de calma que no merecía. El doctor no podría explicarle los motivos de mi muerte” .
La narrativa culmina haciendo referencias sutiles y metafóricas sobre la aparición de la primera menstruación, entendida como la muerte del -ser niña-. Antes (1989), es un referente literario que desarrolla la figura infantil femenina como símbolo, además que aporta la voz en primera persona del período de la niñez en transición a la adolescencia, a su vez que expone la idea y dimensiona la experiencia del -ser niña-, desde lo orgánico hasta la psique, no sólo a través de la perspectiva de género sino a través de un énfasis concreto a la vivencia corpórea, a través de la metamorfosis para pasar a la nubilidad.