Proyectos

 

Monitoreo volcánico

El monitoreo volcánico es llevado a cabo con diferentes técnicas que nos permiten evaluar el estado de actividad del volcán, para ello se han instalado permanentemente equipos alrededor del edificio volcánico. Los datos son enviados al campus central de la Universidad de Colima para ser almacenados, procesados e interpretados. Las técnicas empleadas por el CUEV para la vigilancia del Volcán de Colima se enlistan a continuación:

 

Monitoreo sísmico y acústico

El seguimiento de la actividad sísmica es la técnica de vigilancia de volcanes más antigua que se utiliza. La Red Sísmica Telemétrica del Estado de Colima conocida como RESCO, incorporada al CUEV, es la responsable del monitoreo sísmico del Volcán de Colima.

Los sismos producidos por los volcanes no tienen relación con los que son generados por fallas tectónicas y la metodología de observación para la sismicidad volcánica es muy diferente. Las fuentes o mecanismos que generan sismos en los volcanes son mucho más complejas y sus mecanismos todavía no han logrado ser comprendidos completamente.

Entre las fuentes que originan los sismos de origen volcánico están el rompimiento de la roca encajonante, por cambio de esfuerzos asociados al magma en movimiento (eventos de alta frecuencia HFs), resonancias generadas por movimientos de fluidos (sismos de largo periodo (LPs) y tremor), explosiones producto de una sobrepresión en el conducto y/o domo, derrumbes y flujos piroclásticos sobre las laderas del volcán y flujos de lodo o escombros conocidos como lahares que bajan por las barrancas cuando ocurren altas precipitaciones de lluvia en el volcán.

Adicionalmente, desde el 2016, el CUEV cuenta con sensores acústicos que nos permiten monitorear las señales de infrasonido que se pueden generar durante explosiones, derrumbes, lahares y desgasificaciones intensas. Este monitoreo es muy útil pues nos puede ayudar a discernir entre eventos explosivos y LPs.

 

 


 

Monitoreo geodésico

El seguimiento de las deformaciones corticales asociadas a la actividad volcánica ha alcanzado un gran desarrollo en estos últimos años, impulsado por las recientes erupciones volcánicas a nivel mundial; actualmente son muchas las áreas volcánicas activas sobre las que se han emplazado redes geodésicas casi completas y que son observadas con regular periodicidad. Las técnicas o metodología aplicadas son muy variables y van desde las líneas de nivelación de alta precisión hasta las redes geodésicas más complejas. Otros métodos son los inclinómetros y extensómetros.

El monitoreo de la deformación volcánica es una técnica de vigilancia que se fundamenta en la detección de los cambios que presenta el edificio volcánico. Estas variaciones se asocian con un movimiento interno del magma en ascenso hacia la superficie.

Actualmente las técnicas que se llevan a cabo para el monitoreo del Volcán de Colima son:

Inclinometría electrónica: técnica de medición realizada con inclinómetros electrónicos que registran los cambios en un plano de una componente tangencial y radial que permite determinar los basculamientos de una pequeña región del edificio volcánico.

Distanciometría electrónica: técnica de medición que permite medir las distancias por medio de un distanciómetro electrónico (EDM) desde una posición de referencia fija hasta una serie de puntos (reflectores) localizados en el edificio volcánico.

Mediciones de GPS: existen equipos instalados en campo que permite medir mediante un equipo de Sistema Posicionamiento Global (GPS) los cambios de una posición en el volcán con gran precisión.

 

 


 

 

Monitoreo visual

La transmisión de imágenes sobre la actividad del volcán es esencial ya que nos permitirá definir con precisión las características (dirección, altura, composición) de los eventos de tipo explosivo. Asimismo, nos permitirá delimitar la dirección de flujos de lava, flujos piroclásticos y lluvias de ceniza que con frecuencia se producen en el Volcán de Colima. Como consecuencia de la actividad eruptiva de 1998, el personal del CUEV de la Universidad de Colima se dio a la tarea de implementar nuevos sistemas que pudieran ser utilizados para determinar con mayor precisión las condiciones de la actividad volcánica. De esta manera, se creó en noviembre de 1998 el área de monitoreo visual, en la cual se ha trabajado en la puesta en marcha de dispositivos de vigilancia que permitan visualizar la actividad del Volcán de Colima las 24 horas del día durante todo el año.

Si bien es cierto que la visibilidad de estas cámaras depende siempre de las condiciones meteorológicas, en la actualidad se tienen instaladas cámaras observando al edificio volcánico, así como cámaras con vista a principales barrancas del volcán, por las cuales bajan flujos de agua y escombros conocidos como lahares. Las cámaras para el estudio de los lahares son mantenidas en conjunto con el Centro de Geociencias de Juriquilla de la UNAM.

 

 

 


Sismicidad tectónica

La RESCO también tiene instaladas estaciones en el estado de Colima para el monitoreo de la sismicidad tectónica de la región. Estas estaciones nos ayudan a reconocer las zonas sismogenicas en nuestro estado, lo cual es importante para el estudio del riesgo sísmico.  

Las señales sísmicas de la RESCO son compartidas en tiempo real con el Servicio Sismológico Nacional (http://www.ssn.unam.mx/) el cual es el encargado de localizar y calcular la magnitud de los sismos ocurridos en el territorio nacional. Con esto las estaciones sísmicas de nuestra red, contribuyen en la localización de los sismos en la región por parte del SSN.